Quien llega a Palermo por primera vez se siente perdido, enamorado como una adolescente ante su primer amor. Todavía tengo el oro de los mosaicos y los hilos de ropa colgando en mis ojos, las voces de los vendedores de los mercados históricos en mis oídos y la deliciosa grasa del panelle y el crocché en mis dedos.
Visitar Palermo en un día es casi imposible, pero con un coche de alquiler se pueden hacer milagros.
¿Qué ver en Palermo en un día? He aquí mi sugerencia personal de lugares que no puede perderse, que debe ver absolutamente.
La playa de Mondello
En primer lugar, ¡corre hacia el mar! La playa de Mondello está considerada como una de las más bellas y sugestivas de Palermo, con su mar cristalino, y está situada a sólo 11 km del centro de la ciudad, perfecta para quienes tienen unas horas para pasar en la playa. Se encuentra entre el Monte Pellegrino y el Monte Gallo, un contexto naturalista que le da la conciencia de estar en una hermosa isla.
La Catedral de Palermo
Vuelva a la ciudad y deténgase para admirar la Catedral de Palermo, símbolo indiscutible de los estilos arquitectónicos de Sicilia. Son innumerables las influencias que hay que enumerar: romana, bizantina, árabe, normanda, aragonesa, española y, finalmente, habsbúrgica-borbónica.
La entrada a la Catedral es gratuita, mientras que para visitar el tesoro, la cripta, las tumbas y subir a los tejados hay que pagar una entrada aparte. No hay que perderse la capilla de Santa Rosalía, la querida patrona de la ciudad.
Tarifas
Billete combinado 7€.
Palacio normando y Capilla Palatina
Verdadero templo del arte, el Palazzo dei Normanni es una visita obligada para todo aquel que visite Palermo en un día. Piense que es la residencia real más antigua de Europa, sede del imperio de Federico II y Conrado IV, y que está a un paso de la Catedral.
En su interior brilla un precioso tesoro: una pequeña basílica conocida como la Capilla Palatina. Esta capilla cubierta de mosaicos dorados data de principios del siglo XII y es una obra maestra que no tiene igual en Italia. Me quedaba mirando con la nariz al aire durante largos minutos.
Tarifas
Entrada completa 7€, reducida 3€.
Plaza Pretoria e Iglesia de la Martorana
La plaza Pretoria también es conocida entre los palermitanos como «plaza de la vergüenza», debido a la desnudez de las estatuas que se encuentran en la fuente del centro. Un poco más adelante se encuentra otra joya bizantina, la Iglesia de la Martorana.
Las cuatro esquinas
A pocos pasos de la plaza Pretoria, en medio de un cruce peatonal, se encuentran los llamados «Quattro Canti». Son el centro exacto de Palermo, y es el lugar donde se cruzan las dos calles principales de la ciudad: Via Maqueda y Via Vittorio Emanuele.
El nombre Quattro Canti hace referencia a las cuatro estructuras decorativas que delimitan la intersección. Aquí no es raro ver a artistas callejeros actuando o música tradicional, algo que me gusta mucho.
Teatro Massimo
El Teatro Massimo es un gran orgullo para Palermo: de hecho, es el mayor teatro de Italia y el tercero de Europa. Su majestuosidad se percibe desde el exterior, pero los que tengan más tiempo deberían visitar también el interior.
Tarifas
Entrada completa 8€, reducida 5€.
Teatro Politeama
Siguiendo por la Via Maqueda, después de admirar la belleza del Teatro Massimo, a sólo diez minutos, déjese encantar por otro teatro: el Politeama, un perfecto ejemplo de arquitectura neoclásica.
La Cala
La Cala de Palermo es una pequeña cala situada en el corazón de la ciudad, con una característica forma de U que alberga decenas de embarcaciones pequeñas y medianas.
Hoy, gracias al paseo de hormigón que recorre sus orillas, a los grandes parterres y a los diversos asientos y bares de copas, se ha convertido en un lugar de encuentro para quienes quieren disfrutar de la brisa marina después de un largo paseo, como hice yo.
En Palermo reside tanta belleza, una ciudad de la que siempre y para siempre te enamorarás.
¿Te ha gustado este artículo? Haga una cita para su próximo alquiler de coches aquí o descubra los otros destinos que han fascinado a nuestros viajeros aquí.
