Déjeme decirle que Catania es realmente la cuna de la comida callejera: no sólo los arancini, la cipollina y la cartocciata, sino también los bocadillos con albóndigas de caballo, el pescado frito y, por supuesto, los dulces.
Catania ofrece sorpresas muy agradables en lo que respecta a la comida callejera; comer en la calle es una tradición muy arraigada entre la gente de Catania, a mí personalmente me encanta y nunca pierdo la oportunidad de coger un bocadillo al vuelo cuando voy al centro.
Hablamos de comida estupenda, rústica pero deliciosa y al mismo tiempo increíblemente barata; son los asadores, comedores, panaderías, pastelerías, freidurías y carnicerías con parrilla los que conquistan a los transeúntes más que los restaurantes tradicionales.
Aquí están nuestros lugares favoritos para comer en la calle en Catania, aquellos que recomendamos porque ofrecen experiencias únicas.
Mercado de pescado de Catania
En pleno centro histórico de Catania, cerca de la magnífica fuente de Amenano, se encuentra el histórico mercado de pescado al aire libre, el más concurrido y grande de la ciudad.
La Pescheria es la primera parada oficial para los amantes de la comida callejera, se come estrictamente de pie, aunque recientemente se han organizado puestos para degustar pescado a la plancha o frito y otros platos tradicionales, a precios muy asequibles.
Somos grandes aficionados al pescado frito y nos encanta la posibilidad de comer «u coppu» de pescado caliente con un chorrito de limón sin demasiadas florituras.
Arrusti e mangia da N’ta Za’ Carmela
Una de las experiencias más características que se pueden vivir en Catania es la de «asar y comer», es decir, una barbacoa preparada en la calle y que se come de forma muy espartana en mesas al aire libre.
El corazón de esta tradición en Catania se encuentra en Via Plebiscito, donde destacan los carniceros de carne de caballo.
Aquí, nuestro arrusti e mangia favorito es sin duda el de N’ta Za’ Carmela, especializado en carne de caballo y burro. El intenso olor de la carne de caballo y la delicadeza de los panecillos con queso crema y pistacho dan un sabor único a los platos, y ya se sabe: la carne a la parrilla tiene otro sabor.
Antiguo asador en Catania
La Antica Rosticceria Catanese es famosa por sus delicias horneadas o fritas, entre ellas los famosos arancini.
El precio es absolutamente excelente y la elección es amplia: desde el beccafico de sardinas hasta el bacalao frito, pasando por la arancinialla de cebolla y mucho más.
Quiero concluir, como buen catanés, recomendando un postre típico de nuestra tradición: el cassatella de Sant’Agata.
En realidad, aquí las llamamos Minne di Sant’Agata, por su peculiar forma que recuerda a los pechos de una mujer. Es una cassatella redonda con una cereza encima; una verdadera joya que contiene en un solo bocado todas las bondades de los postres típicos sicilianos.
Se puede degustar en todas partes, en cualquier pastelería se pueden encontrar las diferentes versiones de este dulce: grande, pequeño, dulce y súper dulce.
¿Ya tienes hambre? ¡Te esperamos para un recorrido por la comida callejera y la bondad!
¿Te ha gustado este artículo? Haga un presupuesto para su próximo alquiler de coches aquì o descubra los otros destinos que a nuestros viajeros les apasionan aquì.
